Las 20 setas comestibles más populares en Nueva Italia de Ruíz
Sumérjase en un mundo donde los dones de la naturaleza van más allá de la mirada del observador casual. Nueva Italia de Ruíz, bendecido con un suelo rico, diversos microclimas y una gran variedad de vegetación, es un paraíso para una profusión de setas comestibles. En este artículo, le presentaremos los 20 mejores especímenes que viven en Nueva Italia de Ruíz. Cada seta es única, con un perfil de sabor, un atractivo visual, una preferencia de hábitat y una aplicación culinaria diferentes. ¿Listo para una intrigante exploración de los tesoros micológicos de Nueva Italia de Ruíz? Adentrémonos juntos en las profundidades de la fascinación por los hongos.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Hongo azul
El hongo azul es una curiosa especie de seta que se da en todo el mundo, excepto Europa. Su peculiar coloración es azul y desprende un intenso olor. El látex que emana al romperse, también de color azul, cambia de color ante el contacto con el aire y se vuelve verde. Es imposible que pase desapercibida, pues, como si fuera poco, puede crecer hasta los quince centímetros de diámetro.
2. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
3. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
4. Morchella rufobrunnea
El morchella rufobrunnea es un hongo sapróbico que suele hallarse en restos de madera o suelos perturbados. Se distingue por su sombrero cónico y por sus crestas pálidas y oscuras fosas, que se van amarilleando en la vejez. Recibe su nombre Morchella rufobrunnea por sus interesantes cambios de color.
5. Níscalo de abeto
El níscalo de abeto (Lactarius salmonicolor), es un hongo de gran belleza, cuyo nombre "salmonicolor" se refiere a los tonos que adopta su sombrero. Podréis encontrarla a los pies de un abeto blanco con los cuales se conecta a travez de micorrizas.
6. Oronja vinosa
La oronja vinosa aparece entre el verano y fines del otoño, presentando sin embargo variaciones muy importantes en su aspecto, que hacen difícil reconocerla. Puede confundirse, por ejemplo, con la Amanita pantherina, de aspecto similar pero carente de los tonos violáceos que caracterizan a la oronja vinosa. Este hongo contiene, curiosamente, más toxinas que la famosamente tóxica Amanita phalloides.
7. Pie azul
La pie azul recibe diferentes denominaciones según la región en la que se busque. En Valladolid, por ejemplo, es la seta de pie azul, en Mallorca la nazarena del bosque y en Cataluña se la conoce con el cariñoso apelativo de blaveta (azulita), por su característico color azulado o violáceo. Puede resultar levemente tóxica.
8. Neolentinus lepideus
La neolentinus lepideus, también conocida como demoledor de trenes, es una seta común y abundante en gran parte del mundo. Su apodo está relacionado con su función descomponedora y con los lugares en los que suele aparecer, como estructuras de madera hechas por el hombre. Aparece para causar una podredumbre húmeda que resiste a todo tipo de químicos y conservantes.
9. Lacaria lacada
El lacaria lacada es una especie bastante variable en cuanto a color y forma, pero se puede distinguir por rasgos como su color rojizo o naranja de su sombrero y sus láminas, entre blanquecinas y rosadas. No es especialmente apreciada, ya que su sabor es bastante mediocre.
10. Champiñón silvestre
El champiñón silvestre suele aparecer en prados o pinares a principios de la primavera y, si el año le es propicio, también a finales del verano. Se cree que podrían ser comestibles cuando están jóvenes, aunque existe el riesgo de confundirlos con las muy tóxicas setas del género Amanita. No se debe comer los ejemplares que crecen en campos abonados químicamente, pues esto puede volverlas tóxicas rápidamente.
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