Las 20 setas comestibles más populares en Manitoba
En el verde terreno de Manitoba, la unión de abundantes bosques, ricos suelos y variaciones climáticas fomentan un hábitat ideal para las setas. Esta lista desvela el cautivador mundo de las 20 setas comestibles más comunes que se encuentran en Manitoba, destacando su aspecto distintivo, sus sabores únicos, sus hábitats preferidos y sus proezas culinarias. Obtendrá una visión educativa de las diversas especies que hacen de Manitoba un verdadero paraíso para los micólogos. Su riqueza silvestre ofrece un tesoro de sabores a la espera de ser explorado por los gastrónomos.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
2. Seta de olmo
El seta de olmo (Hypsizygus ulmarius), es notable por su asociación exclusiva al olmo. En algunos países como España, esto los pone en peligro, ya que este árbol es cada vez más escaso. "Hypsi" significa "alto" por la posición en la que crece en el árbol.
3. Pollo del bosque
La pollo del bosque (Laetiporus sulphureus), es un hongo muy notable por su gran tamaño y vivos tonos anaranjados a los que debe su nombre común. Crece en las heridas de los árboles, a los que acaba destruyendo. Su carne es muy abundante, existiendo ejemplares que superan los 20 kilogramos.
4. Políporo escamoso
El políporo escamoso (Cerioporus squamosus) es un hongo de tamaño bastante grande, que prefiere las maderas muertas o árboles en decadencia. Los ejemplares jóvenes no son altamente tóxicos, pero a medida que envejecen se tornan duros e incomestibles, de ahí su nombre squamosus por la textura coriácea que alcanzan. No obstante, estas características lo hacen uno de los pocos hongos de los que se obtiene papel. Otro dato curioso es que su carne huele parecido a la parte blanca de la sandia, esa que normalmente no nos comemos.
5. Lepiota púdica
El lepiota púdica goza de buena fama, pero hay que tener cuidado a la hora de recolectarla, ya que es fácilmente confundible con la Amanita virosa, de gran toxicidad. Aparece entre el verano y el otoño, muchas veces formando grandes colonias, en todo suelo que sea rico en materia orgánica (desde bosques hasta jardines).
6. Seta de pie aterciopelado
El seta de pie aterciopelado (Flammulina velutipes), es un hongo comestible muy popular en el mercado asiático, donde se le conoce como enoki o enokitake. Sin embargo, su forma comercial es muy diferente a la silvestre, comúnmente asociada al olmo. Puede confundirse con el letal Galerina autumnalis, así que se recomienda precaución en lo que respecta a su ingesta o recolección.
7. Senderuela
La senderuela es una de las setas más comunes a lo largo del año, apareciendo desde la primavera hasta el otoño. Suele encontrarse en prados donde se ha depositado abono recientemente, y habitualmente formando grandes grupos. Su carne tiene la particularidad de oler a almendras amargas cuando se le hiere.
8. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
9. Orejas de cerdo
A pesar del aspecto rugoso del orejas de cerdo las terminaciones sorprenden por su suavidad al tacto que recuerda al terciopelo. Su característica forma lo hace prácticamente inconfundible con otras setas. Su nombre de género deriva de la palabra griega gomphos que quiere decir "tapón" o "clavo grande en forma de cuña".
10. Boleto anaranjado
Una especie que crece en bosques de abedules y de álamos, con un color intenso en el sombrero, el boleto anaranjado es un hongo muy atractivo, visualmente hablando; se compara tanto en textura como en colores con los boletus, aunque los primeros tienen un distintivo tono rojo, que les delata. Suelen aparecer a finales del verano, o principios del otoño.
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