Las 20 setas comestibles más populares en calabria
Adéntrese en el amable terreno de calabria, donde prosperan las 20 setas comestibles más frecuentes. Una región repleta de paisajes diversos, calabria ofrece las condiciones ambientales perfectas para una miríada de especies de hongos. De aspecto y sabor únicos, florecen profusamente en bosques y pastos, aportando riqueza a la cocina local. Desde su colorido y textura hasta su potencial gastronómico, embárquese en una aventura para descubrir estos tesoros fúngicos, parte integrante del paisaje culinario de calabria.
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Las setas comestibles más populares
1. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
2. Oronja
La oronja debe su sobrenombre al aspecto que tiene a nacer, el de un huevo blanquecino. Esta seta, abundante bajo castaños, melojos y alcornoques, es considerada una de de las setas con mayor valor gastronómico y mejor sabor del mundo. Se suele comer en ensalada o cortada en rodajas y aderezada.
Es muy importante distringuirla de la Amanita Muscaria, que presenta una importante toxicidad y que se diferencia la cesaria por tener el pie blanco y no de color crema.
3. Volvaria sedosa
El volvaria sedosa (Volvariella bombycina), es un bonito hongo conocido como volvaria sedosa haciendo referencia al aspecto sedoso de su robusto sombrerillo, cubierto de fibrillas de color blanco pardusco hacia el centro y plateado en el margen. Lo hallaréis en troncos muertos de chopo, sauces, álamos o fresnos.
4. Oronja vinosa
La oronja vinosa aparece entre el verano y fines del otoño, presentando sin embargo variaciones muy importantes en su aspecto, que hacen difícil reconocerla. Puede confundirse, por ejemplo, con la Amanita pantherina, de aspecto similar pero carente de los tonos violáceos que caracterizan a la oronja vinosa. Este hongo contiene, curiosamente, más toxinas que la famosamente tóxica Amanita phalloides.
5. Falo hediondo
El falo hediondo (Phallus impudicus) es un hongo terriblemente apestoso cuya seta vive durante muy poco tiempo. La razón por la que huele así, es porque no es capaz de esparcir sus esporas por sí mismo, y necesita atraer insectos para que ellos hagan el trabajo.
6. Peziza anaranjada
Como si de una flor de papel o 'piel de naranja' se tratase, el peziza anaranjada sale de la tierra como una flor que distrae a los incautos. Con un color naranja intenso, se adentra sobre sí, haciendo múltiples formas redondeadas y cerrándose, como una flor con varios pétalos, sobre el suelo.
7. Oreja de judas
La oreja de judas es un hongo comestible que posee una peculiar forma de oreja humana y que podemos encontrar sobre ramas muertas de alcornoques o saucos en zonas de elevada humedad. La seta es valorada en gastronomía, suele consumirse sola o en ensaladas.
8. Níscalo
El epíteto deliciosus del Lactarius deliciosus hace clara referencia a su agradable sabor. Es por esto por lo que el níscalo es una de las especias más populares y apreciadas dentro del mundo micológico español. Se puede consumir asada, guisada, o como complemento a guisos de carne.
9. Seta de porcelana
El seta de porcelana es una seta que aparece siempre asociada a la haya, fructificando en otoño sobre sus troncos muertos y ramas caídas. Ampliamente distribuida en el norte de Europa, esta especie posee un aspecto muy característico, con un sombrero de forma hemiésferica y una cutícula de color blanco traslúcido brillante.
10. Boleto dulzón
Un hongo de aspecto atractivo, el boleto dulzón prefiere suelos arcillosos al pie de robles, ocasionalmente otros planifolios y muy raramente coníferas. Es un hongo raro, por lo que no se habla mucho de su comestibilidad, y no se aconseja su consumo; ya su pie advierte con un terrible olor. El nombre específico impolitum hace referencia al aspecto rústico de su sombrero.
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