Las 20 setas comestibles más populares en Yukón
Sumérjase en el rico y terroso mundo de Yukón con nuestra guía definitiva sobre las 20 setas comestibles más comunes. Esta región escasamente poblada cuenta con diversas variedades de hongos, gracias a sus vastos espacios naturales y a unas condiciones climáticas idóneas para las setas. Descubra el atractivo visual, los sabores únicos, los prósperos hábitats y los beneficios culinarios de cada seta que forma parte de los fascinantes tesoros micológicos de Yukón.
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Las setas comestibles más populares
1. Hidno escamoso
El hidno escamoso es un hongo que suele aparecer en bosques de coníferas de suelo arenoso. Suele ser desechada como comestible por su sabor amargo, aunque la cocción en los ejemplares jóvenes suele mitigarlo. En el este de Europa se deseca y emplea para la elaboración de condimentos.
2. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
3. Panza babosa
La panza babosa característica de espacios coníferos, tiene un color amarillento- naranja, incluso rojiza en algunas regiones, que se torna azulado al tacto o al magullarse. Tiene un cuerpo robusto, tanto en el sombrero como en el tallo, con una apariencia seca pero suave. No se tiene como una especie tóxica, pero no se recomienda su consumo.
4. Gonfidio glutinoso
Con una apariencia ‘pegajosa’, el gonfidio glutinoso aparece con un sombrero marrón o grisáceo, con diferentes subtonos, de la que salen láminas largas y blanquecinas, que terminan en un anillo que deja camino al pie. Tarda en perder el velo y algunos entendidos de la cocina la suelen recomendar, siempre con precaución.
5. Níscalo
El epíteto deliciosus del Lactarius deliciosus hace clara referencia a su agradable sabor. Es por esto por lo que el níscalo es una de las especias más populares y apreciadas dentro del mundo micológico español. Se puede consumir asada, guisada, o como complemento a guisos de carne.
6. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
7. Hongo coral
El hongo coral (Hericium coralloides), es un hongo que crece en maderas duras muertas. Curiosamente, ha aparecido en estampas postales en dos ocasiones, en 2010 en Bielorrusia y en 2002 en nueva Zelanda.
8. Políporo ovino
El políporo ovino se considera que es una seta que se extiende desde los bosques de coníferas ibéricos hasta los espacios templados de Finlandia. Suele hallarse en agrupaciones tumultuosas. Su epíteto específico “ovinus” se referiría a que es comido por ovejas, además de presentar una coloración similar a la lana de éstas.
9. Pedo de lobo gigante
La pedo de lobo gigante es una seta de grandes dimensiones que crece, sobre todo, en la costa oeste de EE. UU. Esta variedad puede crecer hasta alcanzar los setenta centímetros de diámetro, haciéndolos fácilmente visibles e identificables. Es una especie abundante en campos, prados abiertos, suelos cultivados y otros espacios que reciben luz solar directa. Hay que tener cuidado con esta especie puesto que puede absorber los contaminantes más comunes del suelo, como metales pesados.
10. Clavaria truncada
El clavaria truncada (Clavariadelphus truncatus), es cultivado con fines comerciales en la región del Pacífico. Está asociado usualmente a bosques de pino, donde lo conseguiréis durante los meses de otoño en el hemisferio norte. Podréis reconocerle fácilmente por su peculiar forma de mano de mortero, pero truncado en la parte superior.
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