Las 20 setas comestibles más populares en Canmore
Sumérjase en el fascinante mundo de las setas en el verde paisaje de Canmore. Esta región alberga una gran riqueza tanto de flora como de hongos, y sus variados suelos y cambios estacionales facilitan toda una serie de deliciosos descubrimientos culinarios. En esta guía, nos adentramos en las 20 setas comestibles más comunes que se encuentran aquí, proporcionando detalles esenciales sobre su aspecto, perfiles de sabor, condiciones ideales de cultivo y usos en la cocina. Explore estas especies clásicas de setas y enriquezca su búsqueda en Canmore.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
2. Hongo coral
El hongo coral (Hericium coralloides), es un hongo que crece en maderas duras muertas. Curiosamente, ha aparecido en estampas postales en dos ocasiones, en 2010 en Bielorrusia y en 2002 en nueva Zelanda.
3. Clavaria truncada
El clavaria truncada (Clavariadelphus truncatus), es cultivado con fines comerciales en la región del Pacífico. Está asociado usualmente a bosques de pino, donde lo conseguiréis durante los meses de otoño en el hemisferio norte. Podréis reconocerle fácilmente por su peculiar forma de mano de mortero, pero truncado en la parte superior.
4. Alloclavaria purpurea
El cuerpo fructífero de Alloclavaria purpurea está hecho de numerosos husillos cilíndricos delgados que pueden crecer hasta una altura de 12 centímetros (4.7 pulgadas), con husos individuales de 2 a 6 milímetros de grosor. El color es morado o lavanda, aunque el color se desvanece en especímenes más antiguos. La impresión de esporas es blanca. Se informa que es comestible. Los cuerpos frutales se encuentran en los bosques de abetos.
5. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
6. Hidno escamoso
El hidno escamoso es un hongo que suele aparecer en bosques de coníferas de suelo arenoso. Suele ser desechada como comestible por su sabor amargo, aunque la cocción en los ejemplares jóvenes suele mitigarlo. En el este de Europa se deseca y emplea para la elaboración de condimentos.
7. Higróforo de láminas amarillas
La higróforo de láminas amarillas aparece a finales del otoño, coincidiendo con las primeras heladas de la temporada, en los bosques de coníferas de toda Europa. Esta variedad fue descrita por primera vez en 1821 y, en la actualidad, se la conoce como el heraldo del invierno. Su lugar preferido para desarrollarse está entre las espinas de su árbol huésped, lo que puede llegar a dificultar su identificación.
8. Suillus brevipes
El suillus brevipes (Suillus brevipes), es un hongo de distribución amplia en Norteamérica. Su nombre "brevipes" se refiere a su pie corto en comparación con especies similares. Su función ecológica es notable, pues está asociado principalmente a bosques de pino, a los cuales se conecta mediante micorrizas, proveyéndolos de agua y nutrientes a cambio de azúcares.
9. Falsa leche de azafrán
Desde un sombrero ancho, algo convexo, con un tono marrón o hasta anaranjado, el falsa leche de azafrán se caracteriza porque cambia de coloración con el tacto. En caso de magulladuras, se torna verde oscuro. En caso de consumirla, es más elegida por animales que humanos, por lo que no se recomienda su uso gastronómico.
10. Hifoloma de láminas grises
A pesar de tener un aspecto agradable, saliendo como ramilletes de color crema intenso, la hifoloma de láminas grises puede producir un envenenamiento por cianuro de hidrógeno si no se la cocina muy bien antes de consumirla. Esto, y la posibilidad de confundirla con setas venenosas, hace que se suela desaconsejar su recogida. Esta es una prueba que nada es lo que parece.
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