Las 20 setas comestibles más populares en La Rioja
Enclavada en el corazón de España, La Rioja ofrece un cautivador panorama rico en biodiversidad. La diversidad de paisajes, los climas subhúmedos y los suelos fértiles de esta región la convierten en un paraíso ideal para una gran variedad de setas. En esta guía, nos adentramos en las 20 setas comestibles más comunes de La Rioja, explorando sus perfiles únicos, desde su aspecto y sabor distintivos hasta sus condiciones de cultivo ideales y aplicaciones culinarias. Esta exhaustiva exploración pretende enriquecer sus conocimientos y su aprecio por estos fascinantes hongos que adornan nuestras mesas encantadas.
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Las setas comestibles más populares
1. Pata de perdiz
El pata de perdiz es una especie que crece de manera abundante bajo la sombra de los pinos. Tiene la particularidad de ser una seta muy variable, puesto que va cambiando su color del amarillo al marrón-rojizo a medida que va creciendo. Además, puede distinguirse a de otras variedades porque el sombrero es fácilmente separable del tronco.
2. Níscalo
El epíteto deliciosus del Lactarius deliciosus hace clara referencia a su agradable sabor. Es por esto por lo que el níscalo es una de las especias más populares y apreciadas dentro del mundo micológico español. Se puede consumir asada, guisada, o como complemento a guisos de carne.
3. Boleto granulado
Una especie que suele encontrarse en los claros de bosques de pinos, el boleto granulado aparece normalmente a lo largo del otoño. Resalta entre otros hongos por su textura viscosa, pues el sombrero secreta una mucosidad muy espesa que se incrementa con cada lluvia. Si se lo hiere secreta una especie de sustancia lechosa, parecida al látex.
4. Lepista sórdida
El lepista sórdida aparece por los bordes de los bosques, en linderos y áreas concurridas y fértiles. Se le llama ‘piel azul’ por el tolo violáceo de su piel, que cambia progresivamente a ocre. El sombrero, receptor de agua, brilla hidratado y a veces traslúcido y llama a atención porque no tiene un pie muy alto. No se recomienda su consumo.
5. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
6. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
7. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
8. Boleto anillado
El boleto anillado es una seta muy frecuente entre finales del verano y finales del otoño, cuando se la busca en su hábitat preferido: los bosques de coníferas, especialmente pinos. Si se toca a este hongo se descubre su característica más curiosa, que es la gran viscosidad de su sombrero, cada vez más cubierto de una mucosa espesa conforme avanza la temporada.
9. Lepiota amiantina
La lepiota amiantina es una seta abundante que crece, sobre todo, en bosques de pinos y castaños, así como en otros suelos húmedos, musgosos. Aunque no es tóxica, tampoco se la considera comestible. El desagradable olor a tierra podrida que emana puede ayudar a disuadir a los más atrevidos.
10. Hygrophorus persoonii
Una característica destacable de la cutícula del hygrophorus persoonii es su consistencia intensamente viscosa y glutinosa, especialmente durante la época de lluvias; da la sensación de que estén recubiertas de saliva. Su carne, además, también es muy esponjosa. Se puede confundir fácilmente con el Hygrophorus olivaceoalbus por su similar aspecto, aunque la hygrophorus persoonii es más grande.
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