Las 20 setas más comunes en Líbano
En el verde corazón de Líbano brotan setas en abundancia, testimonio de la diversidad de microclimas y suelos del país, que ofrecen un refugio ideal para los hongos. Esta nación mediterránea es famosa por su rica variedad de setas, con 20 especies comunes que salpican el paisaje. Estos hongos prosperan en los densos bosques de cedros de Líbano y a lo largo de sus húmedas costas, acentuando la biodiversidad de esta región única. A medida que se adentre en nuestra guía, prepárese para explorar el fantástico mundo de las setas más comunes de Líbano.
Setas más comunes
1. Pie azul
La pie azul recibe diferentes denominaciones según la región en la que se busque. En Valladolid, por ejemplo, es la seta de pie azul, en Mallorca la nazarena del bosque y en Cataluña se la conoce con el cariñoso apelativo de blaveta (azulita), por su característico color azulado o violáceo. Puede resultar levemente tóxica.
2. Micena de sombrero anaranjado
El micena de sombrero anaranjado (Mycena acicula), es una delicada seta que recibe el nombre "acicula" que significa "aguja pequeña", por su fino tallo que recuerda a una aguja. El sombrero es de un llamativo naranja amarillento y tiene una superficie suave. Le gustan los lugares muy húmedos como las orillas de los pantanos. Debido a su insignificante tamaño y falta de consistencia no tienen interés gastronómico y se desconoce además si son tóxicos o no.
3. Coprino micado
Al ser especie saprófita (es decir, que se alimenta de materia muerta) el coprino micado suele crecer sobre raíces subterráneas o tocones de madera en descomposición. Es una especie de hongo curiosa por la tendencia de su sombrero a no aplanarse con la edad, a diferencia de lo que sucede en casi todas las demás especies. Suele aparecer en primavera y luego nuevamente en otoño.
4. Esquizófilo común
El esquizófilo común está formado por pequeñas ‘conchas’ que llegan a dar una impresión de grandeza al formarse juntas, haciendo así una especie de figura florida con muchos pliegues blancos con interiores grisáceos y de aspecto alminar. También suele estar rodeado de ‘pelillos’. Se desaconseja su consumo y su recolección.
5. Oreja de judas
La oreja de judas es un hongo comestible que posee una peculiar forma de oreja humana y que podemos encontrar sobre ramas muertas de alcornoques o saucos en zonas de elevada humedad. La seta es valorada en gastronomía, suele consumirse sola o en ensaladas.
6. Volvaria vistosa
La volvaria vistosa o Volvopluteus gloiocephalus recibe su nombre científico de los términos griegos gloia y kephale, que significan respectivamente “sustancia gomosa” y “cabeza”, haciendo clara referencia a la notable apariencia viscosa de esta seta. Su sabor no posee mucha fama ni se recomienda su uso. Debido a las pequeñas branquias blancas que posee es fácil confundirla con las Amanita, setas especialmente tóxicas.
7. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
8. Macrolepiota hortensis
El macrolepiota hortensis es una especie venenosa, que puede producir síndrome gastrointestinal severo o moderado. Suele crecer sobre compost y zonas relativamente cálidas. Se desaconseja recoger setas de este género, aunque en el pasado hayan sido algunas muy consumidas, luego de que investigaciones recientes arrojaran dudas sobre su comestibilidad.
9. Coprino diseminado
El coprino diseminado es un hongo tóxico, que suele aparecer en grandes grupos, muy densos, en troncos y raíces de bosques de toda clase, en primavera y nuevamente en otoño. No se le considera habitualmente un hongo comestible, lo que se aprecia por su sombrero plisado y de un color pálido, que no invita a su consumo.
10. Champiñón anisado
El champiñón anisado se encuentra ampliamente distribuido en diversas zonas de Europa y América. Generalmente, aparece en solitario o en pequeños grupos en bosques mixtos de madera dura y coníferas entre finales de otoño e invierno. A pesar de estar considerada una especie no mortal, el champiñón anisado puede presentar molestias al consumirse, por lo que no se recomienda su ingesta.
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