Las 20 setas más comunes en Hungría
Sumérjase en la flora fúngica de Hungría, conocida por su rica diversidad, debida a su clima único, sus variados tipos de suelo y sus vibrantes ecosistemas locales. Hogar de multitud de especies de hongos, Hungría ofrece una verdadera mezcla de delicias micológicas. Este repaso profundiza en los 20 tipos de setas más frecuentes, cada uno de los cuales ofrece una fascinante visión de la abundante biodiversidad de este país. Descubra las características únicas de cada especie y amplíe sus conocimientos sobre setas durante el viaje.
Setas más comunes
1. Estéreo hirsuto
El estéreo hirsuto (Stereum hirsutum), es un hongo colonizador de maderas muertas o maderas nobles como la del roble. Es notable por sus sombreros superpuestos en forma de abanico. La raíz de su epíteto específico, "hirsut-" significa "pelo" y se refiere a la multitud de pequeños pelos que cubren su superficie. No es comestible.
2. Rebozuelo
Normalmente confundida con la Hygrophoropsis aurantiaca, la rebozuelo posee un agradable sabor, y se puede utilizar como condimento en multitud de platos, sobre todo aquellos que contengan carne. Posee diminutas trazas de amanitinas (sustancia venenosa), pero para que genere un efecto tóxico se deberían consumir cientos de kilos de esta seta.
3. Yesquero multicolor
Especie abundante durante todo el año en bosques de árboles de hoja caduca, el yesquero multicolor no se considera comestible por ser de carne extremadamente dura, parecida a la madera. En algunos países se ha comenzado a estudiar su uso medicinal, sin resultados concluyentes.
4. Oronja vinosa
La oronja vinosa aparece entre el verano y fines del otoño, presentando sin embargo variaciones muy importantes en su aspecto, que hacen difícil reconocerla. Puede confundirse, por ejemplo, con la Amanita pantherina, de aspecto similar pero carente de los tonos violáceos que caracterizan a la oronja vinosa. Este hongo contiene, curiosamente, más toxinas que la famosamente tóxica Amanita phalloides.
5. Esquizófilo común
El esquizófilo común está formado por pequeñas ‘conchas’ que llegan a dar una impresión de grandeza al formarse juntas, haciendo así una especie de figura florida con muchos pliegues blancos con interiores grisáceos y de aspecto alminar. También suele estar rodeado de ‘pelillos’. Se desaconseja su consumo y su recolección.
6. Carbonera
La carbonera no tiene un interés gastronómico especialmente notable (o por lo menos no tanto como otras de su especie), pero es una especie muy curiosa de ver por su sombrero de color azul violáceo o verde oliva, que se vuelve amarillento al ser herido. Aparece entre el verano y el otoño en bosques de hoja caduca, prefiriendo los bosques de hayas.
7. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
8. Hifoloma de láminas verdes
El hifoloma de láminas verdes, también conocido como "pollo del bosque", crece directamente sobre tronco de los árboles, generando una curiosa forma de abanico a su alrededor. Es fácilmente reconocible gracias al fuerte color amarillo de su superficie. De hecho, el apelativo "pollo del bosque", proviene de su sabor, identificado por muchos como similar al de la carne.
9. Micena pura
Una especie aparentemente atractiva como comestible por el curioso olor a rábano de su carne, micena pura es en realidad un hongo tóxico, por contener la toxina llamada muscarina, que puede ser mortal en altas cantidades, o llegar a alterar el sistema nervioso en menor concentración. Aparece generalmente en bosques de pinos, en el otoño... y no parece un rábano.
10. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
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