Las 20 setas comestibles más populares en Nuevo Mexico
Gracias a la diversidad de climas y suelos, Nuevo Mexico ofrece un entorno propicio para más de 20 variedades de setas comestibles. Esta región es rica en diversidad de setas, desde bosques hasta campos, y ofrece oportunidades únicas tanto para micólogos aficionados como para entusiastas culinarios. Prepárese para explorar el encanto visual, el encanto aromático y los perfiles de sabor de cada variedad, desentrañando por el camino sus secretos de hábitat y su potencial culinario. Acompáñenos en esta aventura por las setas a través de Nuevo Mexico.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Floccularia albolanaripes
La tapa es convexa a aplanada (a veces con un umbo poco profundo), que mide 5–12 cm (2.0–4.7 in) de diámetro. Su color es de amarillo brillante a amarillo anaranjado y luego más bien parduzco, y tiene escamas aplastadas en el centro. El margen de tapa blanquecino se enrolla hacia adentro. Las branquias bien separadas tienen bordes similares a dientes y un accesorio adnato al estípite, a veces con una muesca. Inicialmente son blancos antes de convertir la crema en la madurez. El estípite mide 3–8 cm (1.2–3.1 in) de largo por 1–2.5 cm (0.4–1.0 in) de ancho, y tiene aproximadamente el mismo ancho en todas partes. Brillante con una base de color amarillo-marrón claro, tiene una o varias zonas algodonosas de restos parciales de velo. La carne es firme y de color blanco a amarillo debajo de la cutícula de la tapa. No tiene olor distinguible y un sabor suave. Los hongos F. albolanaripes son comestibles. La impresión de esporas es blanca. Las esporas son elipsoides, lisas y miden 6–8 por 4–4.5 µm.
2. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
3. Falo hediondo
El falo hediondo (Phallus impudicus) es un hongo terriblemente apestoso cuya seta vive durante muy poco tiempo. La razón por la que huele así, es porque no es capaz de esparcir sus esporas por sí mismo, y necesita atraer insectos para que ellos hagan el trabajo.
4. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
5. Maza tintorera
El maza tintorera puede parecer un trozo de madera o una raíz, para los desconocedores de esta especie. No tiene pie, por lo que se conecta al suelo directamente, con una forma inicialmente global y posteriormente alargada, primero amarillenta y luego parda. Se cree comestible, pero debido a su similitud con la madera, puede pasar desapercibido.
6. Boleto de Chuck Barrows
De la rama de los boletus, la boleto de Chuck Barrows es de las variedades más conocidas popularmente. De aspecto macizo, se encuentran en zonas coníferas y se reconocen por su color blancuzco. No tienen una diferenciación entre la capa externa del pie y del sombrero ni cambian de color al cortarse.
7. Pedo de lobo gigante
La pedo de lobo gigante es una seta de grandes dimensiones que crece, sobre todo, en la costa oeste de EE. UU. Esta variedad puede crecer hasta alcanzar los setenta centímetros de diámetro, haciéndolos fácilmente visibles e identificables. Es una especie abundante en campos, prados abiertos, suelos cultivados y otros espacios que reciben luz solar directa. Hay que tener cuidado con esta especie puesto que puede absorber los contaminantes más comunes del suelo, como metales pesados.
8. Lycoperdon marginatum
9. Agalla gigante
El agalla gigante se puede encontrar en lugares montañosos del noroeste del Pacífico en las regiones de América del norte. Crece en troncos y tocones de coníferas, llega actuar como parásito ya que empodrece la madera del árbol en cuestión y además, el propio agalla gigante a medida que madura su carne se endurece.
10. Agrocibe precoz
Una de las primeras especies de hongos que aparecen en el año, el agrocibe precoz se encuentra desde la primavera hasta el verano, creciendo sobre materia vegetal en descomposición. Sus ejemplares no se deben consumir. Su carne tiene un curioso olor a harina, que combina con su color blanquecino general.
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