Las 20 setas más comunes en Italia
Enclavado entre los Alpes y el Mediterráneo, Italia ofrece un ecosistema único para una gran variedad de hongos. Con un clima que oscila entre las temperaturas frescas de las regiones septentrionales y las cálidas condiciones mediterráneas del sur, un suelo rico en materia orgánica y una gran variedad de flora y fauna locales, Italia sirve de hábitat propicio para numerosas especies de setas. Esta guía presenta las 20 setas más comunes en Italia, mostrando la riqueza de la biodiversidad micológica del país. Cada espécimen ha sido meticulosamente investigado y documentado para ofrecer un retrato preciso de la especie. Prepárese para explorar la increíble diversidad de setas de Italia.
Setas más comunes
1. Xanthoria parietina
El xanthoria parietina se reconoce por sus vivos tonos amarillos y naranjas, así por la forma ondulada de sus bordes. Es común verle creciendo en las cortezas de los árboles, y sobre cualquier otro lugar con presencia de sales minerales. Es muy resistente a la polución, por lo que se usa como indicador de calidad del aire. También se ha utilizado para obtener tintes amarillos y marrones.
2. Falsa oronja
Esta seta ha sido usada como trampa de moscas y como símbolo dentro de la literatura popular. Definitivamente la falsa oronja es una de las setas más conocidas. No es comestible (de hecho es altamente venenosa) pero sus vistosos colores la han hecho protagonista de numerosas leyendas y asociaciones con el mundo mágico y la mitología.
3. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
4. Oronja vinosa
La oronja vinosa aparece entre el verano y fines del otoño, presentando sin embargo variaciones muy importantes en su aspecto, que hacen difícil reconocerla. Puede confundirse, por ejemplo, con la Amanita pantherina, de aspecto similar pero carente de los tonos violáceos que caracterizan a la oronja vinosa. Este hongo contiene, curiosamente, más toxinas que la famosamente tóxica Amanita phalloides.
5. Esquizófilo común
El esquizófilo común está formado por pequeñas ‘conchas’ que llegan a dar una impresión de grandeza al formarse juntas, haciendo así una especie de figura florida con muchos pliegues blancos con interiores grisáceos y de aspecto alminar. También suele estar rodeado de ‘pelillos’. Se desaconseja su consumo y su recolección.
6. Yesquero multicolor
Especie abundante durante todo el año en bosques de árboles de hoja caduca, el yesquero multicolor no se considera comestible por ser de carne extremadamente dura, parecida a la madera. En algunos países se ha comenzado a estudiar su uso medicinal, sin resultados concluyentes.
7. Rebozuelo
Normalmente confundida con la Hygrophoropsis aurantiaca, la rebozuelo posee un agradable sabor, y se puede utilizar como condimento en multitud de platos, sobre todo aquellos que contengan carne. Posee diminutas trazas de amanitinas (sustancia venenosa), pero para que genere un efecto tóxico se deberían consumir cientos de kilos de esta seta.
8. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
9. Carbonera
La carbonera no tiene un interés gastronómico especialmente notable (o por lo menos no tanto como otras de su especie), pero es una especie muy curiosa de ver por su sombrero de color azul violáceo o verde oliva, que se vuelve amarillento al ser herido. Aparece entre el verano y el otoño en bosques de hoja caduca, prefiriendo los bosques de hayas.
10. Pseudevernia furfuracea
Pseudevernia furfuracea se asocia con fotobiontes del género de algas verdes Trebouxia. Se reproduce asexualmente por isidia. Se ha investigado la ontogenia del desarrollo de isidia y su papel en el intercambio de gases de CO2 en P. furfuracea. Las superficies de crecimiento preferidas para P. furfuracea son los llamados árboles de corteza "pobres en nutrientes", que incluyen abedul, pino y abeto. La especie tiene dos variedades morfológicamente idénticas que se distinguen por los metabolitos secundarios que producen: var. ceratea Zopf. produce ácido de oliva y otros ácidos fisódicos, mientras que la var. La furfuracea produce ácido fisódico pero no olivórico. Algunos autores (p. Ej., Hale 1968) han separado los quimiotipos a nivel de especie, designando los especímenes que contienen ácido olivetorico como Pseudevernia olivetorina, pero la literatura más reciente los separa a nivel varietal.
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