Las 18 setas comestibles más populares en acayucan
En los exuberantes paisajes de acayucan, un paraíso para los micólogos, reinan 18 variedades de deliciosas setas. La región ofrece las condiciones perfectas para el crecimiento de los hongos, ya que su suelo fértil, sus bosques íntimos y su clima favorable la convierten en un centro de especies comestibles únicas. Esta guía pretende ampliar sus conocimientos sobre estos hongos, profundizando en sus distintos aspectos, sabores, hábitat y las diversas formas en que adornan nuestros platos. Explore el rico tapiz de hongos de acayucan, donde cada seta tiene una historia que contar.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Hongo azul
El hongo azul es una curiosa especie de seta que se da en todo el mundo, excepto Europa. Su peculiar coloración es azul y desprende un intenso olor. El látex que emana al romperse, también de color azul, cambia de color ante el contacto con el aire y se vuelve verde. Es imposible que pase desapercibida, pues, como si fuera poco, puede crecer hasta los quince centímetros de diámetro.
2. Hongo velo de novia
El hongo velo de novia se caracteriza por poseer una envoltura en forma de encaje redado que cae hasta el suelo. Este "velo" parece servir como plataforma para los insectos a llegar hasta la gleba y alimentarse de ella, lo que ayuda a la dispersión de sus esporas. Como todas las especies de phallus, estos hongos son sapróbicos y se alimentan de la descomposición de la madera y la materia orgánica de las plantas.
3. Pleuroto de roble
El pleuroto de roble es común encontrarlo en Reino Unido, en árboles caducifolios como el haya y el roble. Se nutre tanto de maderas muertas como de árboles débiles. ¡También puede ser parásito de algunos árboles de hoja ancha!
4. Hongo del maíz
El hongo del maíz en su juventud posee un color blanquecino, luego cobra tonalidades violetas y al final de su madurez se torna negro, por lo que se dice que ‘carboniza’ el maíz. Se va resquebrajando, a pesar de estar recubierto por una membrana muy delgada, antes de soltar sus esporas. No es recomendable su consumo gastronómico.
5. Dacryopinax spathularia
El nombre chino del pequeño dacryopinax spathularia traducido significa "dulce oreja de osmanthus" porque su forma recuerda a las pequeñas flores de ese arbusto. Una característica muy llamativa es su textura similar a la gelatina, al madurar se torna de una textura más firme y parecida al cuero.
6. Pluteo escamoso
La pluteo escamoso es una variedad poco conocida en la Península Ibérica. Hay algunos registros en los valles del Prepirineo y el alto Erro. Aunque se la puede encontrar en cualquier época del año, es durante el otoño que esta seta crece de manera abundante directamente sobre restos de madera en proceso de descomposición.
7. Boleto escamoso
El boleto escamoso (Strobilomyces strobilaceus), es un hongo originario de Europa y América del Norte. En la superficie del sombrero encontraréis escamas piramidales y superpuestas muy suaves, de color gris oscuro a negro sobre una base blanca.
8. Hongo de gelatina blanca
La curiosa hongo de gelatina blanca es inconfundible y una muy grata sorpresa a los ojos: Tiene una apariencia gelatinosa, se asemeja a un alga, pero se encuentra pegada a los árboles. Es casi transparente y su tacto llega a recordar al cuero en la madurez. Se le conoce en Inglés como “hongo de nieve” y suele aparecer en ciertas regiones después de fuertes lluvias.
9. Agarico de color vino
El agarico de color vino es un hongo no comestible y aromático que suele fructificar en bosques mixtos en el oeste de América del Norte y Japón. Generalmente, crece solo o en pequeños grupos bajo secuoyas y pinos.
Se puede confundir con otros ejemplares del género agaricus, diferenciándose de estos por su casco violáceo y peludo.
10. Hongo azul
El hongo azul es una curiosa especie de seta que se da en todo el mundo, excepto Europa. Su peculiar coloración es azul y desprende un intenso olor. El látex que emana al romperse, también de color azul, cambia de color ante el contacto con el aire y se vuelve verde. Es imposible que pase desapercibida, pues, como si fuera poco, puede crecer hasta los quince centímetros de diámetro.
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