Las 16 setas comestibles más populares en Belpaso
Adéntrese en los exuberantes paisajes de Belpaso, una incubadora ideal para una gran variedad de setas culinarias. Enmarcado por su cálido clima mediterráneo y su fértil ecosistema, Belpaso nutre un amplio surtido de hongos comestibles. Permítanos guiarle a través de los tipos 16 más comunes, cada uno con su sabor único, características distintivas, hábitats preferidos y uso común en la cocina de renombre mundial de Belpaso. Esta exploración promete una crónica texturizada de las maravillas micológicas que aguardan a los entusiastas de las setas en Belpaso.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Colmenilla
El hongo colmenilla (Morchella esculenta), tiene forma redondeada, con una serie de huecos distribuidos desordenadamente. Su forma y extraña combinación de colores le da una apariencia extraterrestre. Se encuentra en España, Chile y Argentina, asociado a árboles de hoja caduca. Muy sabrosos, de ahí el nombre “esculenta” que significa “comestible”, pero procurad cocinarlos bien antes, pues son tóxicos crudos.
2. Boleto anillado
El boleto anillado es una seta muy frecuente entre finales del verano y finales del otoño, cuando se la busca en su hábitat preferido: los bosques de coníferas, especialmente pinos. Si se toca a este hongo se descubre su característica más curiosa, que es la gran viscosidad de su sombrero, cada vez más cubierto de una mucosa espesa conforme avanza la temporada.
3. Boleto castaño
El boleto castaño (Gyroporus castaneus), es un hongo afín a los árboles de hoja caduca, aunque también se asocia a coníferas. Una característica distintiva de este hongo, es que su pie es hueco cerca de la base.
4. Volvaria vistosa
La volvaria vistosa o Volvopluteus gloiocephalus recibe su nombre científico de los términos griegos gloia y kephale, que significan respectivamente “sustancia gomosa” y “cabeza”, haciendo clara referencia a la notable apariencia viscosa de esta seta. Su sabor no posee mucha fama ni se recomienda su uso. Debido a las pequeñas branquias blancas que posee es fácil confundirla con las Amanita, setas especialmente tóxicas.
5. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
6. Hongo negro
El hongo negro (Boletus aereus), es un hongo de porte muy robusto. De hecho es considerado por algunos como el mejor de los Boletus. Eso sí, tened cuidado al recolectarlos, ya que muchas veces las moscas pueden adelantarse, infestándolos de larvas.
7. Boleto calabaza
3. Normalmente confundido con el boletus amargo (Tylopilus felleus), el boleto calabaza es un hongo notablemente apreciado por su sabor y textura. De hecho, su nombre en latín (Boletus edulis) ya nos indica que es apta para el consumo, pues edulis significa “comestible”. Se puede utilizar tanto para preparar platos cocinados como para las conservas, ya sean en vinagre o en aceite.
8. Falo hediondo
El falo hediondo (Phallus impudicus) es un hongo terriblemente apestoso cuya seta vive durante muy poco tiempo. La razón por la que huele así, es porque no es capaz de esparcir sus esporas por sí mismo, y necesita atraer insectos para que ellos hagan el trabajo.
9. Colmenilla
El hongo colmenilla (Morchella esculenta), tiene forma redondeada, con una serie de huecos distribuidos desordenadamente. Su forma y extraña combinación de colores le da una apariencia extraterrestre. Se encuentra en España, Chile y Argentina, asociado a árboles de hoja caduca. Muy sabrosos, de ahí el nombre “esculenta” que significa “comestible”, pero procurad cocinarlos bien antes, pues son tóxicos crudos.
10. Boleto anillado
El boleto anillado es una seta muy frecuente entre finales del verano y finales del otoño, cuando se la busca en su hábitat preferido: los bosques de coníferas, especialmente pinos. Si se toca a este hongo se descubre su característica más curiosa, que es la gran viscosidad de su sombrero, cada vez más cubierto de una mucosa espesa conforme avanza la temporada.
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