Las 16 setas comestibles más populares en mota
Montana, conocido cariñosamente como mota, ofrece un hábitat ideal para una gran variedad de setas, debido a sus zonas húmedas y boscosas. Esta completa guía sobre las 16 setas comestibles más comunes en mota será enriquecedora tanto para los buscadores de setas aficionados como para los entusiastas de las setas. Destaca las características únicas de cada seta, sus sabores, hábitats y usos culinarios, y se centra en un viaje educativo y atractivo al reino de los hongos. Adéntrese en los antiguos bosques de mota y descubra el delicioso mundo de las setas comestibles.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
2. Hidno escamoso
El hidno escamoso es un hongo que suele aparecer en bosques de coníferas de suelo arenoso. Suele ser desechada como comestible por su sabor amargo, aunque la cocción en los ejemplares jóvenes suele mitigarlo. En el este de Europa se deseca y emplea para la elaboración de condimentos.
3. Agalla gigante
El agalla gigante se puede encontrar en lugares montañosos del noroeste del Pacífico en las regiones de América del norte. Crece en troncos y tocones de coníferas, llega actuar como parásito ya que empodrece la madera del árbol en cuestión y además, el propio agalla gigante a medida que madura su carne se endurece.
4. Pedo de lobo gigante
La pedo de lobo gigante es una seta de grandes dimensiones que crece, sobre todo, en la costa oeste de EE. UU. Esta variedad puede crecer hasta alcanzar los setenta centímetros de diámetro, haciéndolos fácilmente visibles e identificables. Es una especie abundante en campos, prados abiertos, suelos cultivados y otros espacios que reciben luz solar directa. Hay que tener cuidado con esta especie puesto que puede absorber los contaminantes más comunes del suelo, como metales pesados.
5. Senderuela
La senderuela es una de las setas más comunes a lo largo del año, apareciendo desde la primavera hasta el otoño. Suele encontrarse en prados donde se ha depositado abono recientemente, y habitualmente formando grandes grupos. Su carne tiene la particularidad de oler a almendras amargas cuando se le hiere.
6. Pedo de lobo piriforme
Una especie que suele crecer sobre madera en descomposición, el pedo de lobo piriforme suele tener adeptos, pero no se consume, al ser potencialmente tóxico. Aparece en grandes cantidades en el otoño, liberando sus esporas antes del invierno. Este hábito de liberar explosivamente sus esporas es lo que le ha ganado su curioso nombre común: ‘pedo de lobo’.
7. Cuesco de lobo
Si no lo era totalmente cuando todavía no ha madurado y su carne es enteramente blanca, el cuesco de lobo se vuelve tóxico al consumo una vez que su carne se torna marrón y empieza a liberar esporas. La inhalación abundante de estas esporas puede causar irritación pulmonar.
8. Suillus brevipes
El suillus brevipes (Suillus brevipes), es un hongo de distribución amplia en Norteamérica. Su nombre "brevipes" se refiere a su pie corto en comparación con especies similares. Su función ecológica es notable, pues está asociado principalmente a bosques de pino, a los cuales se conecta mediante micorrizas, proveyéndolos de agua y nutrientes a cambio de azúcares.
9. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
10. Hidno escamoso
El hidno escamoso es un hongo que suele aparecer en bosques de coníferas de suelo arenoso. Suele ser desechada como comestible por su sabor amargo, aunque la cocción en los ejemplares jóvenes suele mitigarlo. En el este de Europa se deseca y emplea para la elaboración de condimentos.
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