Las 18 setas comestibles más populares en Jaén
En las soleadas tierras de Jaén, la riqueza del suelo y la diversidad de la flora proporcionan un hábitat ideal para la proliferación de una amplia variedad de hongos comestibles. Sumérjase en nuestra guía de las setas más comunes de Jaén, una exploración exhaustiva que desvela características distintivas, sabores exquisitos, entornos de cultivo óptimos y potencial culinario. Nuestro contenido, elaborado a partir de recursos fiables, tiene como objetivo educar a los lectores sobre estas especies de setas comunes, pero intrigantes. Deje que su curiosidad le guíe a través de los exuberantes paisajes de Jaén, mientras descubre el abundante mundo de los hongos comestibles.
* Aviso legal: El contenido de los comentarios NO PUEDE utilizarse como base a la hora de COMER PLANTAS. Algunas plantas son MUY VENENOSAS. Compre plantas comestibles a través de canales oficiales.
Las setas comestibles más populares
1. Champiñón silvestre
El champiñón silvestre suele aparecer en prados o pinares a principios de la primavera y, si el año le es propicio, también a finales del verano. Se cree que podrían ser comestibles cuando están jóvenes, aunque existe el riesgo de confundirlos con las muy tóxicas setas del género Amanita. No se debe comer los ejemplares que crecen en campos abonados químicamente, pues esto puede volverlas tóxicas rápidamente.
2. Agarico bianillado
El agarico bianillado es un hongo bastante extendido en Europa y América del Norte que se puede encontrar en jardines y en los bordes de los caminos. De olor agradable, es comestible y presenta un sabor arenoso a avellana.
Cabe destacar que, aunque su anillado doble lo hace distinguible, hay que evitar los ejemplares con láminas blancas, pues pueden ser confundidos con especies muy tóxicas del género Amanita.
3. Volvaria vistosa
La volvaria vistosa o Volvopluteus gloiocephalus recibe su nombre científico de los términos griegos gloia y kephale, que significan respectivamente “sustancia gomosa” y “cabeza”, haciendo clara referencia a la notable apariencia viscosa de esta seta. Su sabor no posee mucha fama ni se recomienda su uso. Debido a las pequeñas branquias blancas que posee es fácil confundirla con las Amanita, setas especialmente tóxicas.
4. Oreja de judas
La oreja de judas es un hongo comestible que posee una peculiar forma de oreja humana y que podemos encontrar sobre ramas muertas de alcornoques o saucos en zonas de elevada humedad. La seta es valorada en gastronomía, suele consumirse sola o en ensaladas.
5. Níscalo
El epíteto deliciosus del Lactarius deliciosus hace clara referencia a su agradable sabor. Es por esto por lo que el níscalo es una de las especias más populares y apreciadas dentro del mundo micológico español. Se puede consumir asada, guisada, o como complemento a guisos de carne.
6. Gran champiñón
Se considera que el gran champiñón es una especie exclusiva de praderas y páramos, que puede reconocerse por tener la apariencia de un gran champiñón o incluso como una bola de nieve, brotando principalmente en temporada primaveral. Sin embargo, a diferencia del champiñón común, esta seta solo sería comestible si es recogida cuando está tierna o joven, y aquellas que presenten láminas negruzcas deben ser desechadas por ser potencialmente tóxicas. Con esto se desaconseja su consumo.
7. Agárico de carne roja
El agárico de carne roja está considerado como una especie de seta rara o infrecuente. Su sombrero se distingue por presentar abundantes escamas en tono castaño y al momento de ser tocado tiene la particularidad de enrojecer profundamente.
8. Parasol
El parasol, es un hongo muy apreciado por los observadores casuales. Fácil de encontrar junto a los caminos o en claros del bosque, no se debe confundir con la Macrolepiota rhacodes, de aspecto similar pero más rojizo en el corte y bastante más tóxico para el ser humano.
9. Phaeotremella foliacea
La forma del phaeotremella foliacea es muy llamativa, tiene forma de hoja, tal y como sugiere su nombre científico foliacea, que significa "relativo a las hojas". A pesar de su característica forma, esta es muy variable y es por lo tanto difícil de distinguir de otras setas del mismo género; la única forma de hacerlo es mediante análisis de ADN y pruebas microscópicas.
10. Champiñón silvestre
El champiñón silvestre suele aparecer en prados o pinares a principios de la primavera y, si el año le es propicio, también a finales del verano. Se cree que podrían ser comestibles cuando están jóvenes, aunque existe el riesgo de confundirlos con las muy tóxicas setas del género Amanita. No se debe comer los ejemplares que crecen en campos abonados químicamente, pues esto puede volverlas tóxicas rápidamente.
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