Las 20 setas más comunes en Argentina
Explore el fascinante mundo de la micología en los diversos paisajes de Argentina. El clima único de este país y su suelo rico en nutrientes, combinados con la bulliciosa flora y fauna locales, crean un caldo de cultivo ideal para innumerables especies de setas. Prepárese para descubrir los 20 hongos más comunes, testimonio de la rica biodiversidad de Argentina. Estas 20 especies son representantes de un tesoro micológico mucho mayor y espectacularmente variado que espera ser descubierto.
Setas más comunes
1. Matacandil
El matacandil es una seta muy apreciada entre los aficionados a la recolección de setas. Una vez abierta, tiene un aspecto similar a la Macrolepiota rhacodes, aunque esta es ligeramente tóxica: en caso de confusión, es mejor desecharla puesto que ya estará pasada en cualquier caso.
2. Estrofaria roja
El estrofaria roja (Leratiomyces ceres), es un hongo de distribución amplia, muy afín a las Astillas de madera, lo que lo hace común en parques y otras zonas urbanas donde son usadas. Es una seta muy agradable a la vista por sus tonos rojos y su aspecto redondeado. Sin embargo, no es para nada comestible, y se considera potencialmente tóxico.
3. Esquizófilo común
El esquizófilo común está formado por pequeñas ‘conchas’ que llegan a dar una impresión de grandeza al formarse juntas, haciendo así una especie de figura florida con muchos pliegues blancos con interiores grisáceos y de aspecto alminar. También suele estar rodeado de ‘pelillos’. Se desaconseja su consumo y su recolección.
4. Pollo del bosque
La pollo del bosque (Laetiporus sulphureus), es un hongo muy notable por su gran tamaño y vivos tonos anaranjados a los que debe su nombre común. Crece en las heridas de los árboles, a los que acaba destruyendo. Su carne es muy abundante, existiendo ejemplares que superan los 20 kilogramos.
5. Yesquero multicolor
Especie abundante durante todo el año en bosques de árboles de hoja caduca, el yesquero multicolor no se considera comestible por ser de carne extremadamente dura, parecida a la madera. En algunos países se ha comenzado a estudiar su uso medicinal, sin resultados concluyentes.
6. Parasol falso
La especie de hongo que más intoxicaciones produce anualmente en sus regiones nativas, el parasol falso es una especie que produce síndrome gastrointestinal grave al ser consumida. Aparece con un gran sombrero blanco y sin grandes rasgos aparentemente peligrosos, en jardines, márgenes del bosque, campos de cultivo e incluso litorales.
7. Seta de pie aterciopelado
El seta de pie aterciopelado (Flammulina velutipes), es un hongo comestible muy popular en el mercado asiático, donde se le conoce como enoki o enokitake. Sin embargo, su forma comercial es muy diferente a la silvestre, comúnmente asociada al olmo. Puede confundirse con el letal Galerina autumnalis, así que se recomienda precaución en lo que respecta a su ingesta o recolección.
8. Bejín lilacino
La llamada bejín lilacino se asemeja a una pelota de golf en su juventud y, a medida que va creciendo, termina con una forma similar a una “pata de rata”. Son grandes, como un coco maduro, llegando a tener un aspecto púrpura-marrón por encima a medida que van creciendo.
9. Coprino micado
Al ser especie saprófita (es decir, que se alimenta de materia muerta) el coprino micado suele crecer sobre raíces subterráneas o tocones de madera en descomposición. Es una especie de hongo curiosa por la tendencia de su sombrero a no aplanarse con la edad, a diferencia de lo que sucede en casi todas las demás especies. Suele aparecer en primavera y luego nuevamente en otoño.
10. Hesperomyces virescens
El hesperomyces virescens se hospeda directamente en las mariquitas adultas, llegando a causar un revuelo por su modo de vida. En las mariquitas que han llegado a tener esta especie, se puede observar una capa escarchada, casi cristalizada, de motas blancas que se dispersan sobre su corteza. Se han visto en mariquitas casi en escala mundial.
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