Los síntomas iniciales pueden incluir náuseas, vómitos y dolor abdominal, seguidos frecuentemente de síntomas neurológicos debido a la naturaleza neurotóxica de la toxina. Estos pueden incluir mareos, visión borrosa, debilidad muscular y en casos severos, convulsiones o parálisis. La progresión puede ser rápida y requiere intervención médica inmediata e intensiva.